Magisterium AI

Novena Eficaz al Sagrado Corazón de Jesús

  1. Oración 1

    Oh Jesús mío,
    tú has dicho:
    “En verdad les digo: pidan y recibirán,
    busquen y hallarán, llamen y se les abrirá.”

    He aquí que llamo, busco y pido la gracia de [aquí se nombra la intención].

    Padre Nuestro

    Padre nuestro, que estás en el cielo,
    santificado sea tu Nombre.
    Venga a nosotros tu Reino.
    Hágase tu voluntad,
    en la tierra como en el cielo.

    Danos hoy nuestro pan de cada día.
    Perdona nuestras ofensas,
    como también nosotros perdonamos
    a los que nos ofenden.
    No nos dejes caer en la tentación
    y líbranos del mal. Amén.

    Avemaría

    Dios te salve, María, llena eres de gracia,
    el Señor es contigo;
    bendita tú eres entre todas las mujeres,
    y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
    Santa María, Madre de Dios,
    ruega por nosotros pecadores,
    ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

    Gloria al Padre

    Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
    Como era en el principio, ahora y siempre,
    por los siglos de los siglos. Amén.

    Sagrado Corazón de Jesús, en ti confío.

  2. Oración 2

    Oh Jesús mío,
    tú has dicho: “En verdad les digo: si piden algo al Padre en mi nombre, Él se lo concederá.”
    He aquí que, en tu nombre, pido al Padre la gracia de: [aquí se nombra la intención]

    Padre Nuestro

    Padre nuestro, que estás en el cielo,
    santificado sea tu Nombre.
    Venga a nosotros tu Reino.
    Hágase tu voluntad,
    en la tierra como en el cielo.

    Danos hoy nuestro pan de cada día.
    Perdona nuestras ofensas,
    como también nosotros perdonamos
    a los que nos ofenden.
    No nos dejes caer en la tentación
    y líbranos del mal. Amén.

    Avemaría

    Dios te salve, María, llena eres de gracia,
    el Señor es contigo;
    bendita tú eres entre todas las mujeres,
    y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
    Santa María, Madre de Dios,
    ruega por nosotros pecadores,
    ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

    Gloria al Padre

    Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
    Como era en el principio, ahora y siempre,
    por los siglos de los siglos. Amén.

    Sagrado Corazón de Jesús, en ti confío.

  3. Oración 3

    Oh Jesús mío,
    tú has dicho: “En verdad les digo: el cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.”
    Animado por tus palabras infalibles, pido ahora la gracia de: [aquí se nombra la intención]

    Padre Nuestro

    Padre nuestro, que estás en el cielo,
    santificado sea tu Nombre.
    Venga a nosotros tu Reino.
    Hágase tu voluntad,
    en la tierra como en el cielo.

    Danos hoy nuestro pan de cada día.
    Perdona nuestras ofensas,
    como también nosotros perdonamos
    a los que nos ofenden.
    No nos dejes caer en la tentación
    y líbranos del mal. Amén.

    Avemaría

    Dios te salve, María, llena eres de gracia,
    el Señor es contigo;
    bendita tú eres entre todas las mujeres,
    y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
    Santa María, Madre de Dios,
    ruega por nosotros pecadores,
    ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

    Gloria al Padre

    Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
    Como era en el principio, ahora y siempre,
    por los siglos de los siglos. Amén.

    Sagrado Corazón de Jesús, en ti confío.

    Oh Sagrado Corazón de Jesús,

    a quien es imposible no tener compasión de los afligidos,
    ten piedad de nosotros, pecadores miserables,
    y concédenos la gracia que te pedimos,
    por el Corazón Doloroso e Inmaculado de María,
    tu tierna Madre y nuestra Madre.

    Salve, Reina

    Salve, Reina de misericordia,
    vida, dulzura y esperanza nuestra.
    A ti clamamos, los desterrados hijos de Eva.
    A ti suspiramos, gimiendo y llorando
    en este valle de lágrimas.
    Vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos,
    y después de este destierro,
    muéstranos a Jesús,
    fruto bendito de tu vientre.
    ¡Oh clementísima,
    oh piadosa,
    oh dulce Virgen María!

    San José, padre adoptivo de Jesús, ruega por nosotros.